Los hombres y las mujeres son diferentes a la hora de tomar sus decisiones. En materia de inversión no iba a ser menos.
Ver la entrevista completa publicada en mujeremprendedora.net Hombres y mujeres, distintos a la hora de invertir
Los hombres y las mujeres son diferentes a la hora de tomar sus decisiones. En materia de inversión no iba a ser menos. Esa realidad, de la que habló John Gray, en su libro publicado en 1992 ”Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” se refleja también en el estudio cualitativo que ha realizado AFS Finance Advisors EAFI, sobre el comportamiento ante la inversiones, entre sus clientes hombres y clientas mujeres con grandes patrimonios personales.
Los hombres que buscan altas rentabilidades, asumen más riesgo y son más especulativos con algunas inversiones. Por otro lado tienen más dificultades para vender un activo en pérdidas.
Aunque el género (hombre/mujer) no es determinante a la hora de establecer el perfil de riesgo, sí hay unos patrones de conducta que se repiten según el género o según la aversión al riesgo. Desde un patrón de conducta masculino, y con un nivel de riesgo equilibrado, para un hombre tener un montante económico elevado en su cuenta corriente es un coste de oportunidad de obtener rentabilidad con su dinero, dado que generalmente los hombres están enfocados a resultados. Por otro lado, también hemos detectado un patrón de conducta similar en los hombres a la hora de analizar una inversión en pérdidas. Presentan una mayor dificultad a la hora de desprenderse del activo y asumir la pérdida y en ocasiones lo perciben como un error en su selección del activo. De hecho en el estudio realizado por AFS, obtenemos un dato significativo: el 70% de los hombres no vende su inversión frente al 30% de mujeres que sí venderían.
Todo esto tiene una relación directa con una investigación realizada en el distrito financiero de la ciudad de Londres que mostró que los gestores de mercado lograban mayores beneficios los días en que sus niveles de testosterona estaban altos. La testosterona puede ayudar en la concentración mental, pero niveles constantemente elevados de la hormona probablemente conlleven un temperamento temerario, según advirtieron los científicos de la University of Cambridge.
Podemos recordar el comentario que hizo Christine Lagarde en el documental “Inside Job” referente a lo sucedido por los “excesos” cometidos en Wall Street y textualmente dijo: “no es bueno que haya demasiada testosterona en una habitación cuando se toman decisiones”.
Las mujeres tienden a ser más conservadoras y prudentes a la hora de invertir. Son más partidarias de la diversificación y buscan asesoramiento especializado en mayor medida que los hombres.
Las mujeres se sienten tranquilas cuando disponen de importes elevados en cuenta corriente. Ellas no lo viven como un coste de oportunidad, dado que para ellas es importante tener un “colchón de seguridad” para posibles imprevistos. Por otro lado, como inversoras, son más partidarias de la diversificación, lo que hace que las inversiones tengan un carácter menos volátil, y más prudente. Esto significa que en el corto plazo pueden ganar menos, pero a largo plazo, hay estudios que demuestran que las rentabilidades son mejores.
Como gestoras e inversoras, las mujeres son más consistentes, y mas pacientes, por ello no son tan activas en operaciones de trading como los hombres.
Del estudio realizado por AFS, se desprende que cuando los mercados son alcistas, e independientemente del género y del perfil de riesgo, un elevado porcentaje de inversores tiende a incrementar su inversión en activos de riesgo. En concreto y basándonos exclusivamente en una diferencia de género, el 71% de las mujeres incrementan su exposición a riesgo, mientras que los hombres lo hacen un 95% de los casos.
Según Ana Fernández Sánchez de la Morena, socia directora de AFS Finance Advisors EAFI, “el modelo de inversión de hombres y mujeres sigue un patrón antropológico, si bien, la aversión al riesgo en las inversiones sigue unos patrones que dependen de otros factores. No es lo mismo que la procedencia del patrimonio venga de una herencia o sea producto de un ahorro. Si analizamos únicamente este patrón antropológico, en el que el hombre se ocupaba de la caza, es lógico pensar que los inversores hombres se sientan más atraídos por la inversión en acciones de compañías concretas, ya que está “cazando” oportunidades, mientras que la mujer con su perfil antropológico “recolector” que hacía que tuviera que recolectar distintos alimentos para alimentar a sus crías, tiende a la diversificación y por tanto es más partidaria de los fondos de inversión o por inversiones en compañías que tienen un perfil más conservador”
Desde AFS han desarrollado un modelo y enfoque de trabajo fundamentado en estas diferencias, teniendo en cuenta los distintos perfiles de inversión y acorde a ambas necesidades de hombres y mujeres y basado (en el caso de las mujeres) en estudios que ratifican que ellas no sólo invierten mejor en las cuestiones domésticas sino que se están implicando en la toma de decisiones de sus inversiones y por supuesto en la gestión de su patrimonio.